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    ¿Qué sabes de los miomas uterinos?

    La edad más frecuente para que una mujer desarrolle miomas es en su edad reproductiva, pero las chicas que se enfrentan a los veinte años también los tienen. Algunas mujeres pueden tener miomas en el útero y ni siquiera saberlo. Este tipo de miomas son extremadamente comunes y pueden atacar a 1/3 de las mujeres.

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    Los miomas pueden ser de muchos tamaños y pueden existir en tamaños diminutos sin dar ninguna angustia a las mujeres. Por otro lado, cuando un mioma muy grande, o un conjunto de miomas de gran tamaño, crece en el útero, puede causar un dolor intenso y dejar a las mujeres con la opción esencial de tratarlos.

    La dificultad a la que se enfrentan muchas mujeres una vez que han descubierto que tienen miomas es que su médico de cabecera le dirá que podrían ser cancerosos y entonces le recomendará que se opere para extirparle el útero. El tema de los miomas uterinos es un tema con el que muchos médicos no están demasiado familiarizados y, por tanto, no tienen mucho más que la recomendación de operar a sus pacientes.

    La verdad es que debes buscar más información con personas más formadas en este tema y conseguir más opciones de tratamiento que la extirpación quirúrgica del útero. ¿Cuándo es necesario el tratamiento? Un mioma debe ser tratado si te causa algún signo. Muchas mujeres pueden tener miomas pero son demasiado pequeños para causar algún síntoma, por lo que podrían seguir sin ningún tipo de tratamiento porque son benignos. No son cancerosos ni se convierten en cáncer.

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    También pueden existir sin interferir con otros órganos. Cuando hay miomas de gran tamaño que interfieren con la vejiga, por ejemplo, suele ser el momento en que empiezan a aparecer síntomas más graves. La obstrucción de la vejiga es un problema frecuente y puede llegar a ser lo suficientemente grave como para que la micción sea muy dolorosa o imposible en cualquier caso, por lo que se utiliza una sonda.

    Desde finales de los años 90 se inventó un tratamiento no invasivo para los miomas uterinos llamado inmovilización de la arteria del mioma. El proceso es sencillo y se realiza en el hospital con un especialista. Se realiza una pequeña incisión en la zona de la tripa y se introduce una especie de catéter que bloquea la circulación de la sangre en las arterias uterinas, deteniendo finalmente el crecimiento de los miomas y haciendo que se reduzcan gradualmente de tamaño, lo que hace que sean demasiado pequeños para interferir o causar síntomas más graves.

     

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