Una buena nutrición desempeña un papel fundamental, no sólo para evitar que se corra al armario de las medicinas durante la temporada del virus del resfriado y la gripe, sino también para mantener un sistema inmunitario sano. La falta de uno o varios nutrientes esenciales puede impedir que el sistema inmunitario funcione a pleno rendimiento.
Sistema inmunitario
Funcionando como una intrincada red de mecanismos dentro del cuerpo humano, el sistema inmunitario está destinado a proteger y blindar contra innumerables gérmenes como alérgenos, bacterias, virus y otros organismos potencialmente dañinos, llamados colectivamente antígenos. La principal línea de defensa contra estos invasores es la piel y las membranas que recubren las entradas del cuerpo. Estas entradas son los conductos nasales, los ojos y las vías respiratorias y digestivas.
Si estos antígenos consiguen llegar más allá de la piel, tienen que enfrentarse a los glóbulos blancos conocidos como linfocitos T, que siempre patrullan el cuerpo en busca de esos invasores corporales. Otras células que mantienen el cuerpo protegido de esos peligrosos gérmenes son los linfocitos B, los neutrófilos y los macrófagos. Los linfocitos B son proteínas sanguíneas especiales que neutralizan o destruyen los gérmenes. Los neutrófilos y los macrófagos, por su parte, eliminan los antígenos de la sangre para llevarlos al sistema linfático, que los desecha. Es nuestra obligación ayudar a estas células para que funcionen eficazmente y mantengan nuestro cuerpo protegido de las infecciones bacterianas.
Tenga en cuenta
Aunque los nutrientes esenciales son cruciales para la creación y el mantenimiento de las células clave del sistema inmunitario que combaten los gérmenes, una dieta equilibrada también tiene un poderoso efecto sobre la función vascular. Hay que tener en cuenta que el sistema inmunitario depende de la circulación sanguínea, ya que el torrente sanguíneo es la vía por la que las células que combaten las infecciones viajan por todo el cuerpo hasta donde se las necesita. No hay ningún alimento o nutriente específico que pueda vencer fácilmente los gérmenes del resfriado y los hechizos del virus de la gripe. Mantener una dieta bien equilibrada y un hábito alimenticio saludable sería la mejor garantía para mantener el sistema inmunitario funcionando correctamente.
Las frutas y verduras están llenas de vitaminas C y A. Además, tienen fitoquímicos que dan a las frutas y verduras sus colores. Estos grupos de alimentos también contienen antioxidantes que promueven las funciones antivirales y antibacterianas incorporadas al organismo. Estos nutrientes ayudan a que los linfocitos puedan dividirse y replicarse correctamente en respuesta a un virus, y a que los neutrófilos y macrófagos que engullen y matan a las bacterias invasoras puedan realizar su trabajo. Se puede maximizar la gran variedad de vitaminas, minerales y antioxidantes comiendo de 5 a 9 raciones de frutas y verduras cada día.
Conclusión:
Es necesario consumir dos colores únicos de frutas y verduras con cada comida, y un tercio de proteínas magras. Incluya en su dieta una cantidad generosa de proteínas para garantizar la producción de glóbulos blancos que ayuden a combatir los antígenos invasores. Los bloques de construcción de todas las células del cuerpo, incluidas las que impulsan el sistema inmunitario, son los aminoácidos que se encuentran en las proteínas. Las proteínas y los aminoácidos son cruciales para aumentar la proliferación de las células inmunitarias. Darse cuenta de la importancia del papel de la nutrición en el mantenimiento de un sistema inmunitario sano puede hacer que la visita al médico de cabecera se desvíe fácilmente hacia la cocina.